Durante dos años, el gobierno venezolano ha declarado desmantelado al Tren de Aragua. Sin embargo, en toda Sudamérica, y cada vez más en Washington, el nombre de la banda sigue siendo sinónimo de miedo, caos y del oscuro vacío de poder dejado por un Estado en decadencia.
La banda carcelaria que se convirtió en un imperio transnacional
El Tren de Aragua no surgió de selvas ni de laboratorios de drogas, sino de la prisión de Tocorón, en el estado Aragua. A principios de la década de 2010, los reclusos forjaron su propia soberanía tras muros en ruinas. Lo que comenzó como extorsión —cobrar a otros presos por su supervivencia— pronto evolucionó hacia una organización jerárquica con alcance más allá de las rejas.
El nombre de la banda, tomado de un proyecto ferroviario inconcluso, se convirt