En época de crisis económica , millones de argentinos se han tenido que "ajustar el cinturón" para no caerse del sistema. En la cadena de recortes, las actividades vinculadas al ocio son de las que primero se prescinde, dejando la prioridad de los consumos a la cobertura de las necesidades básicas. El cine , históricamente la salida cultural más barata , es víctima de este embate con una caída de espectadores gradual que arranca desde la post pandemia generando preocupación, y que debe ser leída como parte de la precariedad financiera de los bolsillos tanto de la clase media como de la trabajadora.

“Con Milei dejé de ir al cine", define en una oración Belén (40), cinéfila de Buenos Aires, en conversación con El Destape . Y explica: "El problema no es solamente e

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