El pollo a la brasa no solo llena mesas, también une a un país entero. Nacido en Lima en la década de 1950, este plato se convirtió con el tiempo en un símbolo de la vida cotidiana peruana. Lo que empezó como un secreto guardado en locales pequeños y familiares, hoy se reconoce como uno de los mayores emblemas de la gastronomía nacional, capaz de convocar a generaciones enteras alrededor de un mismo sabor.

Su impacto es evidente: más de 200 millones de pollos se consumen cada año en el país , según estimaciones de la industria. El dato lo coloca por encima de platos como el ceviche en volumen de ventas y lo confirma como el alimento más popular en el Perú. El reconocimiento oficial llegó en 2004, cuando fue declarado Patrimonio Cultural de la Nació n. Seis años después, el 22 de jun

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