Esta es una historia entre el escándalo eficaz y el esfuerzo visible que para un alcalde que se ha vuelto invisible.
Mientras en Málaga, España, un hueco peligroso se tapó en menos de dos horas gracias a un pene pintado con pintura roja a su alrededor por el ciudadano Vicky Navarro; en Ipiales, un pueblo en la frontera colombo ecuatoriana, un joven concejal pinta cebras peatonales y reductores de velocidad con sus propias manos ante la mirada impasible de un alcalde que parece vivir en otra realidad.
Son dos actos de ciudadanía que superan la moralidad (caso del dibujo del pene) y la decisión del concejal Jaime Revelo de invitar a que los empleados de la alcaldía de Ipiales, en el departamento de Nariño, trabajen, dejen la pereza e indiferencia en favor de peatones y conductores.
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