Cuando todo sube menos las ventas, lo primero que se recorta suele ser el marketing. “Ahorita no se puede”, “primero lo urgente”, “ya luego vemos redes, publicidad y eso”. Lo entiendo. En épocas difíciles uno se pone en modo supervivencia. Pero, irónicamente, ahí es donde el marketing bien usado puede ser tu mejor aliado.

Porque en crisis no desaparecen los clientes, solo se vuelven más cautelosos. Y si tú te callas justo cuando ellos más están buscando confianza, opciones claras y soluciones…¿quién va a ocupar ese lugar? Exacto: alguien más.

Invertir en marketing en tiempos complicados no es tirar dinero, es sembrar presencia. Es demostrar que sigues aquí, que tu negocio está vivo, que no solo sobrevives, sino que sigues aportando. Y ojo: no se trata de gastar a lo loco, sino de afinar

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