No son masivas pero son constantes desde el pasado sábado. Las protestas de jóvenes marroquíes, convocadas a través de las redes sociales en un intento de movilizar a la Generación Z, están lejos de asemejarse a las de la Primavera Árabe, que a raíz de los incidentes en Túnez en 2011 arrasaron medio Oriente Próximo. Son, no obstante, un indicio claro de que Marruecos -un vecino y socio decisivo para España, por la inmigración y esos dos factores que se llaman Ceuta y Melilla- está a las puertas de una transición, que podría ser suave, como la de Hassan II con el actual Mohamed VI hace 26 años, o traumática.De entrada, las reivindicaciones de los jóvenes marroquíes, en Rabat, Casablanca, Agadir y otras ciudades del reino son meramente sociales. Piden una educación pública de calidad y abier
Las protestas juveniles en Marruecos agudizan la crisis del reinado de Mohamed VI

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