Alejandro López Noreña se sentó junto a su víctima el pasado 15 de mayo en una audiencia virtual. Mientras ella lloraba, tal vez esperanzada por el cambio esperado, él le limpiaba las lágrimas frente a todos los que estaban conectados.
Ese día juró tener un comportamiento excelente e ir a terapia. La fiscal le recordó que no podía volver a agredir a su pareja sentimental, que a una mujer no se le tocaba y debía respetarla. Él reconoció su falta.
Sin embargo, en agosto lo capturaron por orden judicial. El sujeto volvió a agredir verbal y físicamente a la dama y a los hijos de ella, y la amenazó de muerte. Esas razones fueron suficientes para detenerlo y enviarlo a la cárcel.
En septiembre, ante el Juzgado 12 Penal Municipal de Conocimiento de Manizales se llevó a cabo una nueva audi