Justo cuando se cumple el primer año de gobierno, ya a media noche del 30 de septiembre, sale a escribir en el periódico El País la doctora Viri Ríos. Y hay que ponerle atención, porque no es una opinadora cualquiera. La señora tiene doctorado en gobierno por la Universidad de Harvard , da clases allá y ha escrito libros premiados. Sabe de lo que habla, pues. Su negocio es analizar el poder con bisturí, no con vísceras. Y en su texto, se propone hacerle la autopsia a tres prejuicios, tres ideas que se repitieron como letanía cuando Claudia Sheinbaum llegó a la silla.
El primer muerto en su plancha de disección es la idea de que la Presidenta sería una “calca” de López Obrador. Un títere, pues, con los hilos amarrados a un rancho en Palenque. Ríos agarra este prejuicio y lo hace pedazo