Hace un par de días, Donald Trump puso en jaque a la organización del Mundial de 2026, que Estados Unidos comparte con México y Canadá. El mandatario afirmó que se estudiaría el cambio de subsedes del certamen si se llegaba a la conclusión de que no estaban las condiciones para su adecuado desarrollo.
"Si creemos que alguna ciudad puede ser siquiera un poco peligrosa para el Mundial 2026 (…) dado que se juega en tantas sedes, no lo permitiremos. Moveremos un poco las cosas. Pero espero que no sea necesario”, advirtió, en una alusión dirigida a San Francisco y Seattle. La motivación es política: ambas ciudades están controladas por demócratas. “Son gobernadas por lunáticos de la izquierda radical, que no saben lo que hacen”, planteó.
La FIFA le raya la cancha a Donald Trump por el Mundial