Las medidas para regular la inmigración que ha presentado el PP tras la reunión que sus dirigentes mantuvieron el pasado fin de semana en Murcia son criticables desde muchos puntos de vista. Primero por la inconcreción de muchas de las propuestas: segundo, por el difícil encaje normativo de algunos procedimientos, como el visado por puntos, y tercero, y principal, porque supone un acercamiento a los postulados que en esta cuestión defiende Vox y que constituyen, en muchos casos, una grosera manipulación populista de un fenómeno complejo al que no se pueden aplicar soluciones improvisadas. Pero contiene también aspectos que no se deben minusvalorar. El más relevante de ellos es que el principal partido de la oposición se ha dotado de un documento que deja claras cuáles serían sus prioridade
Inmigración: el PP enseña sus cartas

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