Los nidos son unos de los tesoros más preciados de los quebrantahuesos ( Gypaetus barbatus ), una especie considerada en peligro de extinción. Como aves rapaces territoriales, estos animales son conocidos por reutilizarlos durante décadas o incluso siglos. Y ahí han llegado a acumular objetos valiosos, convirtiéndolos en auténticos “museos naturales”, según los hallazgos de una nueva investigación publicada en la revista Ecology .

De acuerdo con sus resultados, se recuperaron un total de 2.483 restos . La mayoría (2.117) eran restos óseos, evidencia directa de la dieta de estas aves. Además, se localizaron 43 fragmentos de cáscara de huevo, indicativos de procesos reproductivos. 

Los anteriores restos podrían encajar dentro de la lógica del comportamiento de los quebrantahuesos. Sin embargo, lo que más sorprendió a los investigadores es que el 9,1% de los restos encontrados eran de origen humano: un total de 226 objetos antropogénicos, incluyendo 25 objetos de esparto, 72 de cuero, 11 de pelo y 129 fragmentos de tela .

Restos de cestería y una sandalia de esparto

Los nidos de quebrantahuesos son estructuras fascinantes, sobre todo porque se utilizan durante décadas e incluso siglos . Incluso existen casos documentados asombrosos, como nidos de halcones gerifaltes en Groenlandia ocupados a lo largo de 2.500 años, recuerdan los científicos en un comunicado. 

El grupo de investigadores, liderado por el Grupo de Investigación en Ecología y Gestión de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), en colaboración con investigadores de la Universidad de Cantabria y la Universidad de Granada, se preguntó qué se escondía detrás de los materiales que daban forma a los nidos de los quebrantahuesos. 

Objetos del nido del quebrantahuesos

De este modo, los científicos planearon describir los materiales encontrados en nidos históricos de quebrantahuesos, demostrando su reutilización a largo plazo y su relevancia como acumuladores de restos diversos. Para ello, emplearon un enfoque estratigráfico similar al arqueológico y análisis de C-14. 

Entre 2008 y 2014, este equipo de investigación examinó más de 50 nidos históricos de quebrantahuesos bien conservados en el sur de España, una región donde la especie se extinguió hace entre 70 y 130 años. En concreto, se tomaron muestras de 12 de estos nidos , identificando los restos capa por capa. El resultado: restos óseos, fragmentos de cáscara de huevo y objetos de origen humano. 

La datación por carbono-14 de algunos de estos objetos reveló su asombrosa antigüedad de algunos de estos objetos humanos. Por ejemplo, un fragmento de cestería de uno de los nidos databa de finales del siglo XVIII (hace 151 años), mientras que una sandalia completa de esparto de otro nido se remontó a finales del siglo XIII (hace 674 años). 

A su juicio, este hallazgo supone que los nidos, que además dan pistas sobre el comportamiento de estos animales, han funcionado como auténticos “museos naturales” , conservando materiales históricos en excelente estado.