Rusia sigue mejorando sus misiles para lograr zafarse de los sistemas de defensa aérea ucranianos. Así lo habrían desvelado funcionarios ucranianos y occidentales al Financial Times remitiéndose a los ataques rusos acontecidos en verano contra fábricas de drones y otros puntos estratégicos, en lo que han calificado como un punto de inflexión.

Los funcionarios apuntan a que los misiles balísticos modificados habrían sido los Iskander-M , un sistema móvil con un alcance de 500 kilómetros, y los Kinzhal , lanzados desde el aire, capaces de alcanzar distancias de hasta 2.000 kilómetros dependiendo de la plataforma de lanzamiento. El Iskander además, cuenta con una ojiva que puede superar la media tonelada y fue el proyectil que a principios de septiembre, dañando el techo y los pisos su

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