La alimentación saludable va más allá de una tendencia: es un compromiso con el bienestar y con la vida cotidiana de quienes buscan cuidar su cuerpo sin renunciar al placer de comer. Desarrollar productos que aporten nutrientes, sabor y beneficios reales es, además de un desafío técnico, una responsabilidad hacia quienes los consumen.

La fruta en su estado más puro aporta fibras, vitaminas y antioxidantes esenciales para la digestión, la saciedad y la protección del sistema inmune. Incorporarla en diferentes momentos del día, desde el desayuno hasta la merienda, es una de las maneras más simples y efectivas de sumar valor nutritivo a la dieta sin necesidad de recurrir a ingredientes artificiales. Variar colores, texturas y combinaciones permite enriquecer la alimentación y hacerla

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