Si algo me molestaba profundamente en las pasadas elecciones presidenciales era que llamaran guerrillero al candidato Gustavo Petro. Esta expresión enmarcaba una estigmatización de su pasado militante en el M-19 y desechaba todo el camino democrático que había recorrido Petro para ser presidente de Colombia.
Gustavo Petro inició su vida rebelde cerca de 1977. Aunque ha dicho que su actividad en esta guerrilla estuvo cerca de los altos comandantes del M-19, los que estaban a cargo de esta organización ilegal en ese entonces lo describen como un combatiente de bajo rango, dedicado al trabajo urbano y embebido en la lectura de ideólogos de izquierda. Líder combatiente o ideólogo de bajo perfil, lo cierto es que Petro vivió en la clandestinidad como miembro del M-19, e incluso estuvo 18 meses