La presidenta Dina Boluarte ha pedido públicamente a la ciudadanía que no vote por los “negacionistas” en las elecciones de 2026. De esa manera, la mandataria ha vulnerado el artículo 186 de la Ley Orgánica de Elecciones, que establece con claridad la obligación de neutralidad de los funcionarios en ejercicio.

Las palabras de quien ocupa la jefatura del Estado se contradicen con lo que debiera ser un mínimo indispensable en democracias. Se trata del deber de garantizar que el proceso electoral se desarrolle con reglas claras y sin favoritismos, de ningún tipo.

Al exhortar sobre quiénes merecen el voto y quiénes no, se coloca en el terreno de la campaña, contaminando la imparcialidad que debería custodiar.

Este episodio, además, no es el primero. Como reporta La República, en septiembre

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