Una obra de arte tiene, ya es sabido, un valor tanto cultural como económico. Pero, ¿y si ese valor fuera mayor si el artista evita crear la obra? Es el rompedor planteamiento que el creador catalán Josep Piñol ha querido poner encima de la mesa para denunciar las "trampas" de los mercados voluntarios de carbono, un sofisticado y opaco sistema según el cual las empresas contaminantes pueden recibir créditos tan solo con anunciar que evitarán expulsar a la atmósfera gases de efecto invernadero, siempre que sigan unos estándares establecidos.

De cara a la cumbre del clima, que se celebra en noviembre a orillas del Amazonas, en Brasil, Piñol propuso crear una gran instalación artística en la selva. En ella, 100 figuras de bronce con traje ejecutivo se erguirían sobre ataúdes convertidos e

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