
PRAGA (AP) — Los checos votaban el sábado en la segunda y última jornada de unas elecciones parlamentarias que podrían alejar al país del apoyo a Ucrania y acercarlo a Hungría y Eslovaquia, que han adoptado una postura más afín al Kremlin.
Se espera que el multimillonario Andrej Babiš sea el último líder populista de Europa Central que regresa al poder. Las encuestas lo dan como favorito frente a una coalición prooccidental liderada por el actual primer ministro, Petr Fiala, quien lo derrotó en los comicios de 2021.
Si gana, Babiš se uniría al bando de sus homólogos de Hungría y Eslovaquia, Viktor Orbán y Robert Fico, respectivamente, cuyos gobiernos se han negado a proporcionar ayuda militar a Ucrania, siguen importando petróleo ruso y se oponen a las sanciones de la Unión Europea a Moscú.
República Checa ha sido un firme defensor de Ucrania desde la invasión a gran escala lanzada por Rusia en febrero de 2022. Ha donado armas, incluido armamento pesado, a las fuerzas armadas ucranianas y está detrás de una iniciativa que adquiere los proyectiles de artillería que le urgen a Kiev en naciones de fuera del bloque comunitario.
Babiš ha cuestionado ese apoyo y se ha negado a respaldar plenamente un compromiso de la OTAN para aumentar significativamente el gasto en defensa.
El año pasado, se unió a su amigo Orbán para crear una nueva alianza en el Parlamento Europeo, los “Patriotas por Europa”, que representan a formaciones de ultraderecha, un importante cambio desde el grupo liberal Renew al que Babiš pertenecía anteriormente.
Los Patriotas comparten una retórica antiinmigración, una postura crítica hacia las políticas de la UE que abordan el cambio climático y la protección de la soberanía nacional.
Su movimiento populista ANO (SÍ), que definió como un partido “aglutinador", perdió los comicios parlamentarios en octubre de 2021 tras un período turbulento que incluyó la pandemia del COVID-19. Una coalición de cinco partidos lo relevó al frente de la nación.
Babiš preferiría gobernar en solitario, pero las encuestas indican que podría ganar con alrededor del 30% de los votos. Si se materializa, quedaría unos 10 puntos porcentuales por encima de la coalición de Fiala, que no son suficientes para formar un gobierno en mayoría. Ha descartado cooperar con ninguno de los partidos que lo sucedió en el ejecutivo.
Sus posibles socios incluyen dos coaliciones abiertamente prorrusas quieren sacar al país de la UE y la OTAN. Babiš declaró que no es su intención tomar ese rumbo. Otro aliado potencial, un grupo de derechas que se hace llamar los Motoristas y que tiene el respaldo del expresidente euroescéptico Václav Klaus, ha prometido rechazar las políticas ambientales de Bruselas.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.