Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Mi trauma infantil, no resuelto, se volvió crónico. A lo largo de quince años, exploré el psicoanálisis y diversas terapias, incluyendo impactantes constelaciones familiares. Estas últimas abren una auténtica caja de Pandora genealógica en un marco más esotérico que clínico, revelando información incluso sobre familiares fallecidos. Sin embargo, su impacto en la psique fue limitado. La verdadera sanación de estas heridas, comprendo ahora, reside menos en el diván o en reorganizar estructuras familiares disfuncionales, que a menudo incluyen personas con rasgos psicopáticos; y más en la desactivación del trauma y la reprogramación cerebral que propone la neurociencia. Frente a ciertas personalida