Retrocedamos a 1949. Un joven matemático llamado John Nash busca una idea original para su tesis en la Universidad de Princeton. La teoría de juegos ya existía gracias a los trabajos previos (1944) de John von Neumann y Oskar Morgenstern, pero el modelo de von Neumann se centraba en juegos de suma cero (un jugador gana, el otro pierde).
Nash tuvo un chispazo de genialidad al proponer que en cualquier juego debería existir al menos un punto en el que ningún jugador podía mejorar su situación cambiando su estrategia de manera unilateral.
Formalizó aquella idea en un breve artículo de dos páginas (' Equilibrium Points in n-Person Games ') en enero de 1950, y con ello revolucionó la historia. Incluida la de las impresoras.
¿Es la impresora el peor producto tecnológico de la historia?
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