En las selvas tropicales de Sudamérica hay más plantas de coca que de cualquier otro cultivo. Crece sobre todo en zonas rurales donde hay parcelas pequeñas y medianas. Las escasas alternativas rentables en estos lugares y la limitada presencia del Estado han sido factores que históricamente han alentado a los campesinos a lanzarse a un entramado delictivo del que son el eslabón más débil de una cadena que va ganando grosor conforme asciende hacia la cúspide de la pirámide de poder. Tras la cosecha, las hojas de coca pasan por etapas de procesamiento para obtener un producto que los intermediarios compran y transportan. Esas fases suelen realizarse en instalaciones rurales alejadas, con mano de obra local y laboratorios camuflados desde donde salen toneladas de droga hacia EEUU y Europa .

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