EL 1 de octubre se celebró “el día internacional de la salud del envejecimiento” con un marcado acento en “el edadismo” y “el balance socioeconómico” generable con una mejor atención a la “población mayor”, invirtiendo en sus cuidados, salud (más allá de la enfermedad) y, en gran medida, la capacidad de financiación de “su retiro”.

La importancia y el enfoque elegible para abordar una realidad objetiva, llena de aristas y características diversas, empieza por un debate previo sobre la definición conceptual más allá de una referencia exclusiva y excluyente a la edad biológica y física de la población.

La simple apelación a términos de “envejecimiento de la población”, lleva a una visión negativista y de “punto final” a proyectos vitales provocando decisiones que, pretenderían ser únicas o

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