No existe recuerdo más fuerte para Newell's en la Bombonera que la vuelta olímpica de 1991. Un estadio que impuso e impone respeto y donde el conjunto de Marcelo Bielsa expuso una enorme valentía y se consagró en una final histórica.
Tan alejada aquella consagración del equipo actual, sostenido a duras penas en el torneo. Sin fundamentos mínimos para ambicionar la clasificación a los cuartos de final, cuando restan seis fechas del final, aunque mantenga las chances matemáticas de alcanzar el último objetivo que le queda en pie en la temporada.
Orgullo, amor propio y determinación por defender la camiseta rojinegra. Sentimientos desde los cuales la Lepra necesita sacar fuerzas para estar a la altura del escenario de este domingo, a las 19. Y del adversario, pese a sus altibajos,