Cuantiosas donaciones anónimas, influencers que en poco tiempo acumulan miles de seguidores con muy bajas interacciones o rifas virtuales que prometen vehículos de lujo. Estos son algunos de los mecanismos que el crimen organizado ha encontrado en redes sociales y plataformas digitales para lavar dinero .

No existen cifras que midan con precisión cuántos recursos ilícitos se mueven en este circuito, pero la relación entre creadores de contenido y grupos criminales parece consolidarse. EL UNIVERSAL reportó en septiembre que el Departamento de Justicia de Estados Unidos ya investiga a “ narcoinfluencers ”.

El fenómeno no es aislado. Nombres como el de Marcos Eduardo Cárdenas Castro “ Markitos Toys ” y Ana Gastelum , aparecieron en volantes lanzados por avionetas en

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