En cuarto medio, Jeannette Jara entendió que debía subir sus notas si quería estudiar en la universidad, y lo hizo. Así, en 1992 entró a la carrera de Administración Pública en la Universidad de Santiago (Usach).
Un mes antes de rendir la Prueba de Aptitud Académica, una compañera le prestó un libro que le entregaron en un preuniversitario, el que fotocopió para prepararse. Además, un profesor le dio algunos consejos para enfrentar las preguntas de castellano, actualmente denominada Prueba de Competencia Lectora. Sacó un buen puntaje y eso le permitió ingresar a la universidad.
Jeannette entró concentrada. Sabía que no podía perder el tiempo, sobre todo porque su base no era de las mejores y eso se notaba especialmente en matemáticas.
—La diferencia en la educación era increíble. Había