No los ves, pero están ahí: cientos de minúsculas partículas de plástico están en tu cocina. Por ejemplo, en una sartén caliente, estos indeseables huéspedes se licúan, filtrándose en los alimentos antes de solidificarse de nuevo al enfriarse en el plato. Y no solo están allí: sin darte cuenta, los puedes estar comiendo constantemente. Estos intrusos en nuestros alimentos son microplásticos y nanoplásticos, partículas de menos de 5 mm o entre 1 y 1.000 nanómetros, respectivamente. Pero ¿cómo llegan a nuestros alimentos? Y, en un mundo inundado de trozos de plástico, ¿qué podemos hacer para reducir la exposición en nuestra dieta? Si observas tu cocina con más atención, empezarás a reconocer por dónde entran los microplásticos en nuestras comidas. Se desprenden de la espátula que usas para p
Cómo evitar ingerir los microplásticos que se encuentran en tu cocina

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