Hace unos días tuve una experiencia nada agradable con una persona que acostumbra a llevar una conducta “gandalla” . Cuando digo “gandalla” me refiero a alguien artero, que se aprovecha de los demás para obtener beneficio propio; solamente le importa sacar ventaja, en otras palabras, una persona abusiva. Estoy segura, querido lector, de que usted se ha topado con este tipo de personas. El caso es que, en el momento que le hice ver que no era correcto lo que hacía, su única defensa fue -como es común en este tipo de personas- lanzarme una serie de insultos. Le contesté con firmeza que era un grosero, y él me respondió muy dignó: ¡Claro que lo soy con las personas metiches! Me di la media vuelta y me alejé del lugar.
Me resonó en la mente la palabra metiche. No le miento ¡sentí una sens