Los opositores acusan al Ejecutivo de usar un incidente aislado para empañar un año de manifestaciones pacíficas

Los choques entre unas decenas de manifestantes y policías a las puertas del palacio presidencial en Tbilisi, en la noche del sábado, han servido al Gobierno de Georgia para intentar criminalizar las protestas pacíficas masivas que, desde hace más de un año, convoca la oposición contra sus políticas represivas. El primer ministro, el prorruso Irakli Kobakhidze —que en diciembre paró en seco el proceso de futura adhesión del país a la UE —, ha afirmado además este domingo, sin aportar pruebas, que “diplomáticos extranjeros apoyaron directamente las acciones opositoras de ayer, cuyo objetivo declarado era el derrocamiento del orden constitucional”.

El incidente, del que se

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