(Por Noel Eugenio Breard* ).Debemos despertar, vivimos un tiempo en el que algunos llegan por la vía democrática, pero luego se transforman en topos del Estado, minando desde adentro las bases mismas de la República.

En nombre de un “Estado ausente” para el interés general y la gente, terminan subvencionando a los hiper ricos, reduciendo su carga impositiva y trasladando el esfuerzo a la clase media y a los sectores más vulnerables.

Estos depredadores del sistema actúan como apicultores: se visten de blanco, se muestran amables, pero lanzan humo sobre las colmenas —los países—, adormecen a las abejas —los ciudadanos— y, mientras tanto, extraen toda la miel, es decir, los recursos colectivos. Cuando el pueblo despierta, muchas veces ya es tarde.

El libro La hora de los depredadores, de G

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