El pasado mes de febrero, Natalia Fischer (Málaga, 1993) estaba a punto de dejar el ciclismo . «En el mundo de élite se tienen muchos altibajos y llegué a nivel psicológico bajo bajo y en un momento me planteé dejar la bici porque no lo veía. A nivel personal estaba muy mal y eso afecta a nivel deportivo. Al final supe superar el bache. Con ayuda del equipo, de profesionales y de la familia pude tirar para adelante», cuenta la ciclista de Estepona. Porque de Suiza, la patria de su padre, Natalia sólo tiene el apellido . Pedro Romero , el mánager de su equipo, el Extremadura Ecopilas GR-100 fue una figura fundamental para su recuperación. «Me empujó mucho, estuvo encima de mí y eso fue lo que me ayudó a cambiar el chip y a seguir mejorando. A nivel personal he crecido mucho, he madur
Natalia Fischer, de pensar en la retirada en febrero a ganar la Titan Desert

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