La situación en la zona rural de La Plata, Huila, se mantiene en un delicado equilibrio entre la calma aparente y el miedo latente. En las veredas de Gallego y Belén, las instituciones educativas continúan bajo modalidad virtual desde hace varias semanas, debido a las amenazas de presuntos grupos armados ilegales que han impuesto restricciones a la movilidad y al desarrollo normal de las actividades académicas.

Según la mesa interinstitucional de seguridad y convivencia, los cierres de comercios y suspensión de clases presenciales responden a presiones ejercidas por estos actores armados, quienes han ordenado el cese de actividades en determinados periodos. Lo que inicialmente parecía una medida temporal, se ha convertido en una señal clara de la fragilidad del orden público en el occiden

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