El supuesto síndrome posaborto no es una enfermedad, sino una herramienta ideológica que busca el estigma y la revictimización . Con cerca de 100.000 abortos anuales en España , la ciencia es clara: la vasta mayoría de las mujeres no sufren problemas de salud mental a largo plazo mayores que los derivados de cualquier otra crisis vital, incluido el parto. La angustia se asocia al estigma social y a la dificultad para tomar la decisión, no al procedimiento médico.
La invención de este síndrome sin evidencia es una maniobra política que intenta limitar los derechos a la salud reproductiva de las gestantes. Una estrategia que hemos visto en el Ayuntamiento de Madrid , donde la ultraderecha quiere difundir información sesgada sobre el tema como condición previa, algo increíble en el c