Natalie Badura , de 34 años, jamás imaginó que unas vacaciones en la pintoresca ciudad de Bodrum, Turquía , le cambiarían la vida para siempre. Una noche cualquiera, en un bar, cruzó miradas con Muhammet Çelik, un guardia de seguridad turco de 26 años. El flechazo fue inmediato, pero había un obstáculo gigante: él no hablaba ni una palabra de inglés y ella no sabía turco .

A pesar de la barrera idiomática, la química entre ambos fue tan fuerte que no dudaron en buscar la manera de comunicarse. El primer paso fue a través de Instagram , donde Muhammet le escribió a Natalie. Desde ese momento, la pareja se las ingenió para mantener largas charlas con , al pasarse el teléfono de un lado a otro para poder entenderse.

Un amor a contrarreloj y una decisión inesperada

El romance a

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