Los ciberdelincuentes han llevado sus métodos de engaño a un nuevo nivel, combinando técnicas de ingeniería social con herramientas tecnológicas avanzadas.

Gracias a programas que facilitan la suplantación de identidad, hoy pueden hacerse pasar por asesores bancarios, funcionarios de entidades reconocidas o incluso por familiares, con el fin de obtener datos confidenciales o transferencias inmediatas.

Uno de los mecanismos más utilizados para ejecutar este tipo de delitos son las llamadas fraudulentas. A través de conversaciones cuidadosamente planificadas, los estafadores manipulan emociones como el miedo, la urgencia o la solidaridad, logrando que las personas actúen sin pensar .

Incluso, muchas víctimas, creyendo que están atendiendo un asunto legítimo, terminan entregando info

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