Uno de los expedientes de violencia más dolorosos en Colombia aún se resiste a cerrarse; pero todo podría dar un giro. Luego de treinta y seis años desde el asesinato de Luis Carlos Galán, la Procuraduría apunta a un nuevo nombre que parecía relegado a los archivos del narcotráfico: Fabio Ochoa Vásquez, uno de los capos del cartel de Medellín, recién regresado al país tras cumplir condena en Estados Unidos.
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El Ministerio Público pedirá que Ochoa sea escuchado como posible integrante del grupo de “Los Extraditables”, la alianza de narcos que en los años ochenta declaró la guerra al Estado y sembró bombas y miedo para evitar ser enviados a cárceles norteamericanas. El magnicidio de Galán, ocurrido el 18 de agosto de 1989 en