I. MÚSCULO

Luego de recorrer el país informando sobre los logros de su primer año de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum cerró ayer con la cereza preferida de los pasteles de la autodenominada cuarta transformación: un mitin... ¡perdón!, una “asamblea informativa” ante un Zócalo capitalino repleto de acarreados... ¡perdón otra vez!, de entusiastas simpatizantes, cuya convicción es de tal magnitud que hasta se organizan para rentar camiones y, de esta forma, acudir desde todos los rincones del país al corazón político de la República y acompañar a su líder para dejar claro el arraigo del movimiento a pesar de los escándalos de los últimos meses.

Y es que más allá de las múltiples acusaciones de “fuego amigo” que se han cruzado entre las distintas tribus internas, ayer quedó cl

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