El cura sostiene que faltó cinco días a la catequesis, aunque ella puede confirmar que fueron tres: “Estoy segura de que buscará otra excusa”, dice la madre
El hijo de Mercedes García tiene ocho años y, como muchos de los niños sevillanos de su edad, quiere hacer la comunión porque cree en Dios y quiere salir en su hermandad en Semana Santa. Todo, aparentemente normal. Mercedes es madre soltera y lesbiana, también algo, aparentemente normal, salvo para el párroco de la Iglesia de San Isidro Labrador. Ella está convencida de que es su estado civil y su orientación sexual lo que ha determinado al cura a hacer repetir a su pequeño el primer curso de catequesis, aunque él haya alegado que no puede pasar al segundo año con el resto de sus compañeros porque faltó cinco días a las clases, pese