Barcelona La incorporación de más de 40.000 pisos de la Sareb, el banco malo que se constituyó en 2012 para asumir los activos tóxicos de la banca española, en la cartera pública de la nueva empresa pública estatal (Sepes), creada a principios de año para gestionar y construir vivienda pública, no debía comportar costes adicionales para las arcas públicas. Sin embargo, aunque Sareb ahora no se venderá los pisos porque se traspasarán a Sepes, deberá seguir pagando a las gestoras de activos –también conocidas como servicios – que hasta ahora se dedicaban a gestionar y vender las decenas de miles de viviendas del banco malo y que por sí sola no podía gestionar –tiene una plantilla de 290 trabajadores–. La diferencia es que si bien Sareb hasta ahora disponía de los ingresos de estas ven
Sareb pagará a los gestores de sus pisos por cada traspaso al parque público de Sepes

90