Gisèle Pelicot reapareció este lunes en público un año tras la histórica sentencia del caso Pelicot para afrontar el juicio en apelación con un único acusado que sigue negando haberla violado mientras estaba anestesiada por las drogas que le daba a escondidas su entonces marido, Dominique Pelicot.
Apareció escoltada por la policía, que le abrió un camino entre las decenas de personas que se concentraban ante el Tribunal de Apelación de Nimes, al sur de Francia.
Entre aplausos, cánticos y ovaciones subió las escaleras del edificio, rodeada por una ola de cámaras, micros y un centenar de periodistas. De vez en cuando alzaba la mano, en señal de reconocimiento del apoyo recibido.
Entró acompañada de su hijo Florian Pelicot y sus dos abogados, Stéphane Babonneau y Antoine Camus.
De los 51