La flotilla, conformada por decenas de barcos y cientos de personas de distintos países, buscaba romper el bloqueo israelí a Gaza - donde la ONU había advertido sobre una crisis de hambruna extrema. Israel sostiene que el bloqueo es legal y que los activistas violaron sus restricciones. Los organizadores, sin embargo, acusan a Israel de haber interceptado las embarcaciones de forma ilegal, en violación del derecho internacional.
Organizaciones como Adalah denunciaron que los activistas fueron sometidos a malos tratos durante su detención, incluyendo largas horas de inmovilización, hacinamiento, privación de alimentos, agua y medicinas, así como limitación del acceso a abogados. Israel negó estas acusaciones y afirmó que se respetaron todos los derechos legales de los detenidos.
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