Ayer el Barça no era el Barça , el juego, los goles, la intensidad... Los jugadores culés dejaron a los espectadores con mal sabor de boca antes de llegar al parón de selecciones, porque perdieron el liderato con una derrota contundente en Sevilla. El equipo encajó cuatro goles y fue dominado la mayor parte del partido contra un rival, a priori, inferior a las aspiraciones culés. El desgaste contra el PSG y la plaga de lesiones pasó factura a un equipo que perdió la identidad. Los culés, sin embargo, deben estar tranquilos, porque una derrota la puede tener todo el mundo y, además, al frente está el capitán del barco que el año pasado generó tanta euforia colectiva, Hansi Flick. Eso sí, la decepción y el mal gusto no se lo podrá quitar nadie y, obviamente, quien también vivió el partido c
Mushka, decepcionada, presume de sentimiento culé en el día más duro: la imagen después de la derrota

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