Dice que no tiene precio hacer lo que le gusta y le apasiona, más allá de que sus tiempos escaseen, de vivir a las corridas y de sólo descansar cuando se va a dormir. "Tengo alarmas que me recuerdan todo, hasta que tengo que comer, así estoy programada, sino es un lío". No le importa, dice, y habla con una sonrisa de satisfacción. Natalia Aguilar, porteña de 39 años, está afincada en la paradisíaca isla de Mallorca desde marzo de 2023, cuando empezó a jugársela por el arte y zambullirse en las pinturas.
"Estoy en esa etapa de construcción y realización. Es mucho el esfuerzo, pero a diferencia de Argentina, aquí la recompensa llega rápido ", concluye esta ex agente de Migraciones, que después de veinte años de "cierta comodidad" en un empleo jerárquico y bien remunerado, decidió pegar