- Publicidad -
A menudo escuchamos –e incluso decimos- que vivimos en una sociedad cada vez más avanzada. A veces, hasta nos lo creemos. Nos sentimos súper modernos –muy del siglo XXI, como suele decirse- porque aceptamos –e incluso idolatramos- a personajes televisivos que se han declarado abiertamente LGTBI o entablamos amistad con el paquistaní al que le compramos la fruta en la tienda del barrio porque la vende un poco más barata.
El otro día leía uno de esos foros que minan la red social Facebook y en los que se reúnen de manera virtual personas que viven en una misma ciudad para hablar o debatir –a veces incluso insultarse- sobre cuestiones que atañen al municipio. Soy un usuario pasivo. Ni publico ni respondo, más bien me considero un voyeur que espera encontrar en esos grupos alg