La llegada constante de nuevas generaciones de dispositivos provoca que muchos modelos queden relegados en poco tiempo. En el caso de las tabletas de Apple , cada actualización del sistema operativo deja atrás a versiones antiguas, que ya no reciben las mismas funciones que los equipos más recientes. Sin embargo, eso no significa que un iPad antiguo deba terminar olvidado en un cajón.
Aunque el rendimiento no sea el mismo que en sus primeros años, un iPad en buen estado todavía puede cubrir necesidades cotidianas . Su pantalla, su conectividad y la calidad de construcción lo convierten en una herramienta válida para diferentes actividades, incluso si ya no soporta las últimas aplicaciones.
Convertir un dispositivo aparentemente obsoleto en un aliado útil es una manera de alargar su