Quiero hablarles de una joya arquitectónica con decoración de estilos otomano y europeo, una perfecta combinación de ambas culturas, predominando ligeramente el occidental. Me refiero al Palacio de Dolmabahcé, cuyo nombre significa tierra llena de jardines.
Ese imponente inmueble está situado a orillas del Bósforo y seis sultanes lo utilizaron como residencia. También el padre de la Turquía moderna, Mustafá Kemal Ataturk, pasó sus últimos años de vida en él, muriendo en una de sus habitaciones.
La mansión es un complejo de edificaciones, una principal y varias que se hallan en sus inmediaciones con jardines situados estratégicamente que en conjunto hacen un todo estructuralmente perfecto.
Señalaré someramente las principales atracciones con las que cuenta.
Los jardines. De todos llaman