El primer ministro dimisionario se reúne con los partidos para buscar un acuerdo que evite unas elecciones legislativas o la caída del presidente de la República
El lunes, a media mañana, justo después de conocer que el primer ministro que había nombrado 27 días antes acababa de dimitir, Emmanuel Macron se puso la chaqueta y salió a pasear por la orilla del Sena. Solo, pensativo. A ratos hablando por teléfono, con la escolta unos metros por detrás. Una rara imagen que ilustraba el aislamiento del presidente de la República.
Macron se ha quedado sin escudo. Tras 16 meses intentando solucionar el entuerto en el que metió al país con la inesperada disolución de la Asamblea Nacional en junio de 2024, tres primeros ministros después y una crisis institucional galopante, todos los focos ap