Imagina por un momento una noche ancestral. Estás en plena época del Paleolítico: la oscuridad lo envuelve todo, el silencio es absoluto, solo se escucha tu respiración y el susurro del viento. ¿Qué sensación te despierta? Con la escasa luz de la luna apenas distingues sombras. Bajo el cielo estrellado, ¿qué piensas? ¿Te sientes solo? De pronto, en esa penumbra, chocas dos rocas. Surge una chispa. El fuego se enciende en tus manos. Has transformado el mundo de manera irreversible.

Ese descubrimiento fue uno de los grandes avances de la humanidad. Permitió: en la Prehistoria, realizar actividades básicas de supervivencia como cocinar, calentar y protegerse; en la Edad de los Metales, dominar el cobre, el bronce y el hierro para fabricar armas, utensilios y herramientas que dieron o

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