Las operaciones militares estadounidenses no solo han fracasado en reducir la producción de drogas, sino que en múltiples casos han contribuido a su expansión mediante alianzas encubiertas y tolerancia institucional, según sostiene la investigación sobre The Fort Bragg Cartel, del periodista Seth Harp en una entrevista publicada por Democracy Now! el 14 de agosto.
Harp documenta al menos 14 casos de soldados entrenados en Fort Bragg involucrados en narcotráfico y asesinatos, y denuncia que unidades de fuerzas especiales han participado directa o indirectamente en actividades criminales.
El libro expone cómo, durante la ocupación estadounidense en Afganistán, el país se convirtió en el mayor narco-Estado del mundo, con producción masiva de heroína controlada por caudillos y funcionari