Hace exactamente dos años, al término de la festividad judía de Sucot, milicianos del movimiento islamista lanzaron un ataque sorpresa en lo que fue el día más mortífero en Israel desde su creación en 1948.
Protegidos por un diluvio de cohetes disparados desde la Franja, miles de combatientes de Hamás y otras organizaciones palestinas destruyeron la barrera fronteriza con Israel y asaltaron comunidades agrícolas, bases militares y una gigantesca fiesta organizada en el desierto.
El ataque causó la muerte de 1.219 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras oficiales israelíes. Hamás se llevó a 251 rehenes a Gaza, de los cuales 47 siguen cautivos, incluidos 25 que, según el ejército israelí, han fallecido.
A las 06:29 (03H29 GMT) de este martes, la misma