**Cárteles y pandillas ofrecen recompensas por agentes de ICE**

La seguridad nacional de Estados Unidos se encuentra en alerta máxima tras la revelación de que cárteles, pandillas y organizaciones terroristas han puesto precios a la vida de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), estos grupos criminales ofrecen hasta 10 mil dólares por asesinar a un agente y 2 mil por su secuestro. Esta escalada de amenazas ha sido calificada como “extremadamente peligrosa y sin precedentes”.

Las recompensas están dirigidas a agentes específicos, cuyas fotografías han circulado en redes criminales. Kristi Noem, secretaria del DHS, explicó que la inteligencia federal ha detectado una organización creciente detrás de estos ataques. “Han publicado sus fotos. Las han enviado entre sus redes y es una situación extremadamente peligrosa y sin precedentes”, afirmó el 5 de octubre.

Las amenazas no son solo retóricas. Incluyen planes concretos para emboscar y eliminar a funcionarios federales, con el objetivo de obstaculizar la labor de las autoridades en la lucha contra el crimen organizado. “Pandillas, miembros de cárteles y organizaciones terroristas conocidas han puesto recompensas por las cabezas de varios de nuestros agentes del orden”, escribió Noem en su cuenta de X (anteriormente Twitter).

Un caso reciente que ilustra la gravedad de la situación ocurrió en Illinois. Un miembro de la pandilla Latin Kings fue arrestado tras ofrecer una recompensa por la vida del comandante general de la Patrulla Fronteriza, Gregory Bovino. El 3 de octubre, una fuente confidencial alertó sobre una orden de captura emitida contra Bovino. Juan Espinoza Martínez fue identificado como el responsable y detenido el 6 de octubre en Burr Ridge, Illinois. Las pruebas incluyen capturas de pantalla de una conversación en Snapchat, donde ofrecía 2 mil dólares por información que condujera a la captura del funcionario y 10 mil “si lo derriban”.

El Departamento de Justicia está procesando a Espinoza Martínez por solicitar el asesinato de un alto funcionario encargado de hacer cumplir la ley. Ante este escenario, las autoridades federales han reforzado la protección de los agentes amenazados y han modificado sus operaciones para garantizar su seguridad.

Tricia McLaughlin, subsecretaria del DHS, afirmó: “No permitiremos que bandas criminales ataquen a funcionarios del gobierno estadounidense ni a nuestros agentes del orden”. McLaughlin destacó que el arresto de Espinoza Martínez representa un paso firme contra quienes buscan intimidar a las fuerzas del orden.

La respuesta oficial se produce en un contexto de creciente violencia en ciudades como Chicago y Portland, donde los disturbios y ataques contra instalaciones de ICE son recurrentes. Se han registrado incidentes de seguimiento y acorralamiento de agentes por caravanas de vehículos, así como tiroteos y amenazas directas.

Noem relató que en Chicago, agentes federales han enfrentado situaciones en las que manifestantes los han seguido y agredido físicamente. “Ayer tuvimos una caravana de 10 vehículos que seguían a nuestros agentes y oficiales de la Patrulla Fronteriza en las calles de Chicago”, reveló.

El debate político sobre la respuesta a esta ola de violencia se ha intensificado. Mientras el DHS insiste en la gravedad de la amenaza, líderes locales como el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, han cuestionado la narrativa federal. Johnson calificó las medidas propuestas como “inconstitucionales, peligrosas e imprudentes”.

Kristi Noem atribuyó parte del problema a la falta de apoyo de algunos funcionarios demócratas, argumentando que su retórica otorga “cobertura” a los criminales. En este clima de tensión, la secretaria del DHS ha reiterado que las autoridades federales no cederán ante las amenazas y que quienes atenten contra los agentes del orden enfrentarán todo el peso de la ley.