Miles de vuelos en Estados Unidos sufrieron retrasos el pasado lunes 6 de octubre por la escasez de controladores aéreos, una consecuencia directa del cierre parcial del gobierno federal que ya completa dos semanas. La medida mantiene a miles de empleados esenciales trabajando sin recibir salario, lo que empieza a afectar la operación de varios aeropuertos.

Según la Administración Federal de Aviación (FAA), los aeropuertos de Denver, Newark y Burbank fueron los más afectados por los retrasos y ajustes en los flujos de vuelo. Reuters informó que la agencia reportó “inconvenientes operativos” en esas terminales debido a la falta de personal suficiente en las torres de control. De acuerdo con el portal especializado FlightAware, más de 4.000 vuelos presentaron demoras a nivel nacional.

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